sábado, 10 de febrero de 2018

Espuma débil me cubre
por dos inmensos segundos
Cae una araña al polvo
desdoblando la luz
Cristales sin negro reflejo 
del escarabajo perdido
Espuma débil, vuelve
con tu promesa de mar!

domingo, 27 de agosto de 2017

La dulce galleta

Mi tía tomaba el sol en su camastro blanco metálico. Estaba impecable. La piel blanca de su abdomen, de su pecho, contrastaba con sus labios rojos y sus lentes negros de sol. A su lado había un canasto lleno de bocadillos franceses. Me puse a curiosear. Había una galleta en especial atractiva. Un cuadrito relleno de crema con una fresa encima. Al posar mi mano sobre ella para sacarla del canasto, sentí el roce de la mano de mi tía. Nos miramos sonriendo. Cómetela tú. No, tú. Bueno, mitad y mitad, propuse. Mi tía tomó el bizcocho y partió un pequeño pedazo para ella, entregándome el trozo más grande. Sólo quiero probarlo, me dijo. Me fui feliz con la galleta en la palma de mi mano, contemplándola bajo el sol. En eso veo que el imbécil del pueblo se acerca corriendo. Es una bestia de casi dos metros, idiota y feo el pobre que no entiende nada, le escurren los mocos y siempre va con lagañas pegadas alrededor de sus ojos. Apesta el miserable. Al llegar a mí no se detiene y me da un fuerte empujón con su cuerpo de ballena. La galleta cae al pasto y el muy zonzo, con toda intención, la pisa con saña y ésta se despedaza en el zacate. ¡Pendejo, qué hiciste!, le grito. ¡Estúpido, siempre arruinando todo! Me altero mucho y le sigo gritando. Parece confundido y triste y comienzo a empujarlo. Pierde fuerzas con sus sollozos y los mocos le escurren más que nunca. Logro tirarlo al piso. Me le monto y comienzo a darle puñetazos en la cara. ¡Estúpido, mi galleta, pendejo, por qué lo has hecho! Golpeo su rostro de roca y veo un hilo de sangre escurrirle de la nariz. ¡Mi galleta, mi galleta! ¡Mi hermosa, deliciosa, aromática y roja galleta!

sábado, 18 de febrero de 2017

Como nieve se derrite tu cuerpo en el recuerdo
Creí que quemaba pero se derrite
queda lodo y yo busco otras estrellas

                              muertas pero hacia mí

jueves, 25 de febrero de 2016

Noche de sueños pasados y un señor en la flor

I

Chispa salta al cielo
cuando busco la tierra que me engendra
por dentro
Persona cálida como ninguna
alrededor de cuatro bosques
Ciénaga cortina al tiempo
cuando palpita la canción

Hay una
puerta

II

Pancita en la flor
Dorado
yo frente a ella

III

Rapsodia ardida en viento

Chispa flota perdida
sobre el ojo invisible
Espera la rosa de un viento
señor, ébano y torre pregona

Palpita en mi vientre
el fuego de tus sueños
Resuena en cripta
la lumbre de tu amor

domingo, 10 de enero de 2016

Hay un olor fantasma

Ya que se vaya tu olor
fantasma celeste que me sigue picando
¿Cuántos pedazos de ti se han caído
para entrar en mí como sable en el abdomen?
Pedazos de olor que forman figuras desmembradas
Fantasías en busca de proyecciones efímeras
Cobijas con seres informes babeando semen y soledad

Ya que se vaya tu maldito olor
Agua fresca en la frente
y un abismo que no he logrado reponer

viernes, 8 de enero de 2016

El cuerpo punta del alma

No más flores fétidas con la sonrisa en espera del escarnio
Licores nublan la vista y de pronto no hay sol, no hay luna
sólo unos ojos olivo dirigidos al olvido
a una puerta trasera en donde los esqueletos reverdecen
donde el moho espera un reino caído
porque en su esencia brota el olor a humedad pasada

Soñé con el río y el prado
frescos como un corazón labrando
leves como la luz, principio de la forma

Un cuerpo es sólo un cuerpo
El Espíritu está en el cuerpo
¿Es el Espíritu el cuerpo?

domingo, 14 de junio de 2015

Telaraña de luz y sonido

I

La poesía que se arrugue
que se haga chiquita y
se quede atrapada en la esquina de mi oreja
que a donde quiera que vaya guarde una sílaba
un fonema que lo tiña todo alrededor.

Y mi cuerpo,
ay el cuerpo, siempre
atrapado en un instante que nunca acontece
solo junto a una ventana, las pupilas apuntando al sol
para que cada cono, cada bastón rasgado
me otorgue una señal
un color que recuerde al humano como tentáculo:
agua de mar fértil
donde el universo cobra vida.
Nuestros sentidos tejen redes eléctricas
de membranas vegetales
animales o dioses.

La telaraña es mayor a la araña,
¿sabían que afinan sus cuerdas?

Mientras tanto mi cuerpo espera
las fibras de mis ojos reaccionan
y algo me quiere decir la obstinada luz
algo que siempre estoy a punto de recordar.


II

¿Qué significarán las notas?
le recuerdan algo a mi alma
Un corpúsculo de sentido
vestido por Tití La Mountagne
que además lleva taladro y
atraviesa martillo, yunque y estribo.
Quién sabe a dónde llegue
yo no le creo al cerebro ni a su presencia
hueca, incrustada en un instante que más
parece una ausencia,
yo no le creo a quien se olvidó que los sentidos
son sensores que contienen capas,
todo contiene capas, carajo, a quién podría
olvidársele que por los ojos no sólo entra luz
que las notas no son sólo sonido en el sentido
físico del término, o mejor: sonido tiene un
significado más adentro, más interior si se quiere,
o que el cerebro está, también, en otra parte para
ponerlo en sus términos.

¿Cuántas regiones habrá?